Renacer... volver a nacer de un vientre nuevo, emocionalmente imaginado a la perfección...
Renacer... volver a vivir después de haber muerto tras mil batallas y una guerra en implosión...
Renacer... volver a surgir de entre los escombros, superando el recuento de los daños, los reproches, los miedos y la inseguridad constante que tanto mal causó...
Renacer... volver a salir adelante, de pie, victorioso, sosteniendo un trofeo que sólo es otorgado a los seres más perseverantes...
Renacer... volver a sentir mis alas siendo creadas y colocadas por esas cenizas que el viento no pudo llevarse...
Renacer... volver a querer vivir y reír, dando vuelta a esa mueca de tristeza dibujada en mi rostro por el tormentoso pasado, que ahora es sólo eso: un pasado que dejo en donde debe estar...
Renacer... volver a entregar mi cuerpo, alma y corazón a cada ideal caído que hoy se pone de pie, esperando ser nutrido...
Renacer... volver a respirar en paz, sin aquella contaminante esencia de baja autoestima y poca seguridad...
Renacer... volver a empezar, desde cero multiplicado por más ceros, entre la penumbra y la desilusión, atacando al conformismo y haciendo mover a la inercia que, a pesar de estar inmóvil, provocaba más desastres que un violento huracán...
Renacer... volver a iniciar aquel mismo viaje... el mismo destino, diferente trayectoria... de mis errores he aprendido muy bien...
Renacer... volver a volver...
Espero esta vez ya no caer ni perecer; en alto estoy, con mi vuelo fuerte y mi voluntad inquebrantable...
Iré a surcar entre las nubes, con mi amiga el ave Fénix.