lunes, 20 de agosto de 2018

A veces (poema sobre desahogo emocional)


A veces, a veces parece que todo va mal...
A veces da la sensación de que vamos en una espiral a caída libre, que tiene como destino sólo dolor y tristeza.
A veces todo da igual y sólo se desea descansar indefinidamente.
A veces, sólo a veces...
A veces surge la idea de que no se es querido, de que no tiene sentido seguir viviendo.
A veces, aún y se tenga todo, en realidad no se tiene nada, pues falta lo más importante: el deseo de seguir adelante.
A veces, a veces pasa...
A veces lo único que se anhela es un abrazo sincero y sin condición, un desahogo sin interrupción, un consejo sin prejuicio, pero no, no se obtiene.
A veces es difícil interpretar y reaccionar ante lo que ofrecen los demás.
A veces, sí, a veces... 
A veces, por más que se deba, simplemente no se puede.
A veces, aunque exista felicidad, parece difícil de alcanzar.
A veces, puede que a veces...
A veces estoy bien y estoy mal, dentro de una extraña amalgama de sentimientos encontrados, tan salvajes y tan decididos a hacerse notar.
A veces me confundo yo solo, y contra eso nadie puede.
A veces, sé que a veces...
A veces necesito paz, momentos neutrales y pintados de blanco.
A veces requiero silencio, que se calle el mundo y que me calle yo.
A veces, por el amor de Dios, a veces...
A veces me pongo a pensar y sólo termino más mal que como empecé.
A veces quisiera matar mi lado racional y ser un poco ignorante, por mi propia salud.
A veces, querido espejo, a veces...
A veces no quiero verme, pues en mi cuerpo se reflejan todos los conflictos de mi alma.
A veces deseo romper cada parte de mi corazón en donde exista amor, sin más razón que perder la razón y respirar de alivio.
A veces, sin motivo, a veces, porque sí...
A veces me tiro a llorar, violentamente, cada fracaso vivido.
A veces me levanto para luego dejarme de nuevo, más fuerte, caer.
A veces, ¡con un demonio!, a veces...
A veces reprimo cada grito de locura, sólo para que no escuche la motivación.
A veces estallo en mil pedazos, que luego recoge mi autocompasión, contenta, burlándose de mí.
A veces, gracias al cielo, a veces...
A veces, después de tanto derrumbar, me pongo a construir de nuevo.
A veces, ya que pasa la tormenta, seco mis ojos y agradezco la vida que tengo, aún y con todos sus momentos grises.
A veces, querido amigo, yo sé que a veces a ti te pasa lo mismo, y es saludable y normal, sólo no te dejes llevar.