No puedo olvidar aquellas cosas tan lindas que a tu lado viví.
No puedo de mi mente quitar todo aquello que el corazón desea guardar.
No puedo seguir con esta cruel y amarga agonía.
No puedo ya existir en esta letanía.
No puedo, no quiero, no debo; pero es más grande el deseo de recordar y volver a sentir en mi cuerpo todo eso tan bello que un día sentí.
Esos besos ardientes que tantas veces cocinaron mi piel; esas salvajes caricias, certeras, casi, casi tirando a matar; esos abrazos más potentes que el amarre de una boa constrictora; esas mil y un palabras de amor, cariño, deseo y placer.
Eso, eso, eso; todo eso y más tenía; todo eso y más perdí; todo eso y más que ya no es mío; todo eso que ahora pertenece al desamor de un nuevo amor.
No puedo olvidar aquellos hermosos momentos que a tu lado pasé.
No puedo de mi cuerpo sacar lo que el alma desea conservar.
No puedo aguantar más esta condena.
No puedo ya con esta pena.
No puedo, no quiero, no debo; pero es más grande el deseo de recordar y volver a tener entre mis manos tu recuerdo, tan dulce como la miel y tan perverso como la hiel.
Esos labios tan ricos que por todos lados sentí; esos dedos que sabían muy bien qué hacer; esos brazos tan fuertes, que cargaban con todo mi dolor y lo convertían en amor; esas mil y un palabras de apoyo, consuelo, ánimo y ternura.
Eso, eso, eso; todo eso y más tenía; todo eso y más perdí; todo eso y más que ya no es mío; todo eso que ahora pertenece al desamor de un nuevo amor.
Todo eso que se fue y ahora le pertenece a alguien más.
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