He visto toda clase de webs raras, pero
ninguna como de la que hablo en este escrito, la cual me ha marcado la vida.
El martes pasado, un amigo me dio una
dirección que me pareció rara e interesante, era:
“lamanodeultratumbatevisita.com”.
A pesar de ser larga y algo terrorífica,
decidí entrar; en ella sólo había dibujos de manos y una cuenta regresiva, su
tiempo era de 2 minutos, lo suficiente para terminar de ver todos aquellos miembros
corporales. El tiempo terminó y apareció un mensaje que decía: “Eres el
siguiente”, no le tomé importancia, deduje que era una broma del creador de la
página.
Cerré el navegador, me dio sed, fui a la
cocina por un poco de agua, y sonó el teléfono, era mi amigo preguntando si me
había gustado la dichosa página, le dije que sí, pero que no me pareció tan
terrorífica como su nombre aseguraba que sería; él me dijo lo mismo. Después de
10 minutos de plática, decidimos colgar e irnos a dormir.
A la mañana siguiente, me volvió a llamar,
pero ahora sí, un poco asustado; dijo que había visitado esa página un día
antes que yo, y que creyó que nada pasaría, pero que la noche anterior sintió
que alguien lo tocó en la madrugada, mientras dormía; al despertar no encontró
a nadie en su habitación, nadie le había hecho esa broma. Yo le dije que se
tranquilizara, tal vez sólo era sugestión, y quedó en que se calmaría.
Esa misma noche, estando en mi cama, me
disponía a dormir, cuando sentí que alguien tocó mis pies, rápido salté de la
cama pero no vi nada, “maldición, este cabrón ya me pegó la sugestión”, pensé.
Total, dormí con la luz prendida, sí, lo acepto, me dio miedo, mucho miedo.
Hoy en la mañana me llamaron por teléfono,
era la mamá de mi amigo; me dijo, llorando y con voz temblorosa que Luis (mi
amigo) había muerto; me dirigí corriendo a su casa, pensé que era una broma,
pero no, su madre nunca jugaría con eso. Al llegar me tiré a llorar, no
aguanté, vi a mi amigo en una camilla, ¡muerto!
Doña Julieta (la madre de mi amigo) me llevó
a la habitación de Luis; todo estaba normal, como de costumbre, pero su cama
lucía llena de vidrios, la ventana al lado de ésta estaba rota. Le pregunté qué
había pasado, dijo que no sabía, que lo encontraron en un rincón del cuarto, arañado
y con señales de asfixia.
Salí corriendo, llegué a mi casa y encendí la
computadora, mi intuición decía que esto tenía que ver con la página de las
manos, sé que suena fantasioso, pero, aparte de un ladrón, es la única posible
respuesta que se me ocurre, hasta ahora.
Entré en la web, ya no había manos, sólo un
letrero que decía: “Espéranos esta noche, te agradará nuestra visita, muchas
gracias por entrar en la página”, y una imagen horrible de un brazo mutilado,
que decía en su pie (de foto): “él será tu invitado”. Me aterré, no puede ser
cierto…
Volví a la casa de Luis, le pedí permiso a su
mamá de usar la computadora, ella accedió. La encendí, entré a la misma
dirección y no había manos, ni lo que me apareció a mí, apareció ¡una foto de
Luis ya muerto!, con un mensaje que decía: “Número 524”. Lloré de terror y
regresé a mi casa…
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