No puedo creerlo, ha pasado tanto tiempo...
Me alegra que estés aquí; al fin puedo hablar sin sentirme mal.
Tú sabes que lo que hice fue en el nombre del amor. Papi y tú no querían que yo fuera libre. Pero tomé valor, armé mis alas y volé...
Mami, ¿eres tú?, ¿eso eres tú?, ¿lo inmóvil?, ¿lo silencioso?, ¿eso que cada noche me atormenta?
¡No puedo más!, ver tu imagen cada noche en la ventana de la puerta es un martirio.
Sí, tal vez me equivoqué, no era ese el modo, pero como buena madre, debes perdonar.
¡Ya no me lastimes!, vuelves loca mi cabeza, imposible mi existencia... por favor, ya no, mamá...
Mami, ¿eres tú?, ¿realmente eres tú?, ¿segura que no eres sólo un fruto de mi imaginación?, ¿una destructiva ilusión?
No puede ser... te miras muy bien, a pesar de lo que pasó...
Créeme, no era mi intención hacerte mal, sólo hice lo que mi corazón mandaba.
Mami, ¿eres tú?, ¿ese saco de piel descompuesta?, ¿ese manojo podrido de esquelético desamor?, ¿ese ser sin alma que cada noche me observa sin parar?
¡No, mamá!, me niego a creerlo.
¡Aléjate ser de las sombras!, vuelve al averno, tú no eres mi madre, no perteneces aquí.
Mami, ¿dónde estás?, te necesito... esa cosa me persigue y me lastima... usurpa tu identidad... me hace llorar...
Me hace recordar lo sucedido...
Viene a mi mente ese glorioso instante en el que, con aquel filoso cuchillo rebané tu cuello, tu cara y tu pecho. Recuerdo dichoso ese momento en el que saqué tus ojos de tus cuencas y los puse junto a los míos, para que así pudieras verlo todo desde mi realidad... pero no funcionó... tus gritos espantaron todo intento de empatía... ¡qué egoísta fuiste, mamá!
Mami, te necesito más que nunca, esa cosa me atormenta.
Tú estás muerta, esa cosa no, esa cosa pulsa y late en endemoniada sincronía con mis sollozos.
Ayúdame, mamá... sácame de este cuarto oscuro, tengo miedo... esa cosa está a mi alrededor, esperando el momento preciso de atacar, sé que me quiere matar, así como yo te maté a ti y a papá, que por cierto, no lo he vuelto a ver.
Mami, por favor, tengo frío; estas cuatro paredes acolchonadas son peor que hielos.
Todos me llaman "loco" y "asesino", dicen que estaré aquí por mucho tiempo, soportando el maltrato mental que me hace esa cosa que lleva tu piel... mami, ¿acaso te la arrancó, cómo yo arranqué tus dientes?
Mami, no, yo no soy malo, sabes que te amo, por eso te maté... sé que no soportarías perderme, por eso mejor acabé con tu vida...
Oye, espera, ¿es esto acaso un recordatorio?... sí, ahora lo recuerdo, prometí morir también... pero mami, estoy amarrado, no puedo hacerlo...
Oye, no, espera, no, por favor... oye, sí, sí eres tú... esa es tu sonrisa, esa es tu esencia... perdona mami por ser cobarde; me encanta sentir tus manos, ¡eso mami!, ¡aprieta con fuerza!, ya casi no puedo respirar.
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