Estamos en su casa, en su habitación, ¡esto
es hermoso!: la cama llena de rosas; prevalece un olor a perfume… su perfume, y
una ligera penumbra, solamente nos alumbran 2 velas. Él me recuesta en su
lecho, y me hace suya, de una manera mágica, no tengo palabras para describir
lo que siento…
¡Ya amaneció!, aún recuerdo como me quedé
dormida en su pecho. Me lleva a casa, no ha dicho nada en el camino, tal vez
esté pensando en el regalo que me dará, mañana cumplimos los 6 meses, medio año
con él, el amor de mi vida.
¡Llegamos!, intento despedirme con un beso,
pero me rechaza, bueno, tal vez está cansado, después de todo, lo que hicimos
anoche fue agotador…
Han pasado 3 días, no sé nada de él, no ha
venido a visitarme, no ha llamado, estoy preocupada…
Hoy me llamó, me puse contenta, pero lo que
dijo me dejó sin palabras: ¡Me llamó zorra!, mencionó que él sabía que yo ya no
era virgen cuando lo hicimos; ¿Cómo puede decir eso, si esperé tanto para estar
con él?; ha decidido terminar nuestra relación, ¡No puede ser!, yo lo amo
tanto, no, no es posible…
He estado deprimida más de una semana, no sé
qué pasa afuera de mi mundo, no quiero salir, no quiero ver a nadie…
Ha venido a visitarme la fastidiosa de Andrea,
me insultó, igual, o peor que Juan (mi novio), pero lo que dijo al final me
destrozó: “Al final logré mi cometido, los separé, tú no te mereces a un
cuerazo como Juan, eres una idiota, ¡perra!, sufre, muérete si quieres”…
Pensé muchas veces lo que me dijo esa tipa,
tal vez sea buena idea dejar de existir, después de todo, sin él nada es igual…
Pero no, tengo planes, y no los dejaré caer; tiene que haber una solución para
esto, estoy loca por Juan, no dejaré que esa golfa me lo quite… iré a verla, la
enfrentaré…
He llegado como gente civilizada, gentilmente
le pido que se quite de mi camino, pero no hace caso, me dice loca, me empieza
a gritar, ¡ya no pienso soportar un insulto más!, con esta pala la haré callar
para siempre…
Esa asquerosa cucaracha ha salido en los
diarios, debo admitir que se mira mejor así, callada, inmóvil… pero ahora debo
hacer algo con Juan, él me hizo una promesa, y las promesas son para cumplirse…
Voy llegando a su casa, subo las escaleras,
con una hermosa hacha en mi mano… entro a su cuarto… ¡ahí está!, dormido, se
mira muy tierno… aprovecho la ocasión y lo amarro… me duele verlo así,
amordazado, pero no hay otra opción, sino nunca cumplirá su promesa…
Mientras despierta, echo un vistazo a la
habitación…
¡No puede ser!, en donde estaban las fotos
que un día nos tomamos juntos, con amor, sólo hay vacíos… en su mesa de noche
hay una foto, recién tomada, ¡está con esa bastarda!, ¡besándose!... con rabia
la tiro al suelo, y mi amado despierta… asustado por el ruido. Lo miro, me
mira, pero no puede decirme nada, sus ojos apuntan a mi hacha, creo que le
tiene miedo… no hay por qué temer, es solo un juguetito, no sé por qué
reacciona así…
¡Oh rayos!, ya empezó a llorar… “No tienes
por qué llorar amor mío, he venido por lo que me prometiste”…
(Bostezo)… ¡Ya es de día!, aquí tengo lo que
me prometió…
Llegó el diario, ¡oh!, sale Juan… veo que aún sigue atado; ¿Asesinato?, esos tontos reporteros y sus cosas, no es un asesinato; ¿Loca?, ¡¿A quién le dicen loca?!, lo único que hice fue cobrar, lo que por derecho es mío, él prometió que su corazón sería mío, para siempre, y ya lo tengo aquí, junto a mí.
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